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La precisión de las encuestas electorales

La precisión de las encuestas electorales 150 150 DEFOE MX

Las encuestas durante las elecciones tienen un desafío muy importante que enfrentar más allá del obvio. Todas las encuestas preelectorales —o por lo menos las encuestas que no tienen agendas o fines propagandísticos—, quieren ser precisas y ajustarse a la realidad lo más posible; aspiran a que su construcción metodológica esté lo suficientemente bien diseñada como para que esto sea así. Pero ese no es el desafío al que me refiero. Me refiero al desafío de lograr que el público en general confíe en la veracidad de sus resultados. Le he dedicado ya antes una columna al tema de la crisis de confianza entre el público. En aquella ocasión hablaba del modo en el que las encuestas han contribuido y alimentado ese escepticismo. Ahora quiero hablar de algunas preguntas que nos podemos hacer frente a las encuestas preelectorales para ubicar nuestras expectativas dentro de un marco de realidad y así no llevarnos sorpresas.

Las encuestas electorales no se juzgan necesariamente por sus aciertos sino por sus fallas. Cuando las encuestas no atinan, por ejemplo, al ganador o ganadora de una contienda, el daño puede ser fundamental. Existe en Estados Unidos el famoso caso de la encuestadora Gallup que predijo antes de la elección presidencial de 1948 que el gobernador Thomas E. Dewey derrotaría al presidente Harry S. Truman. Un periódico incluso tituló su edición: “Dewey derrota a Truman”, y después de conocerse el resultado, el presidente Truman celebró su victoria posando para las cámaras sosteniendo el periódico que lo daba por derrotado. O más adelante en el tiempo y cerca de nuestra memoria: el caso de las elecciones de 2016 cuando Donald Trump, para sorpresa de casi todos, derrotó a Hillary Clinton, cuando ninguna de las casas encuestadoras importantes había anticipado este resultado.

Entonces, ante este panorama, John Geraci, autor del importante libro Poll-arized, propone que nos planteemos cuatro preguntas básicas para tratar de evaluar qué tan precisas son las encuestas electorales. Hay que decir que algunas de las preguntas que plantea Geraci requieren realizar un análisis quizá más complicado del que una persona que lee el periódico o que consulta una nota en un portal de internet quizá esté dispuesta a realizar. Sin embargo, me parece importante destacarlas para señalar el sentido de la crítica y para darle al escepticismo una ruta de investigación; es decir, para ayudar a encausar el escepticismo, de una simple negativa a creer hacia una convicción crítica de las posibilidades de las encuestas electorales.

Lo primero que nos dice Geraci es que hay que reconocer que las encuestas electorales todas son imprecisas. Simplemente hay que estar conscientes de qué tan imprecisas son. Para ello plantea cuatro preguntas: La primera es: “¿Qué está queriendo predecir la encuesta?”. Esta es importante porque no todas las encuestas están tratando de medir lo mismo: algunas buscan intención de voto, otras están enfocadas en el conocimiento de la persona, o en la familiaridad con el partido o la alianza que busca el poder. Distinguir este detalles es importante. La segunda es: “¿Qué tipo de encuestas deben ser consideradas en el análisis?”. Esta pregunta nos regresa a la idea de las encuestas con motivos ulteriores, las que se realizan bajo patrocinio de alguno de los interesados o de los participantes. Tener en cuenta quién realiza la encuesta, su historial y sus asociaciones es crucial para basar la confianza en el resultado. La tercera pregunta es: “¿Cuándo se realizan las encuestas?”. Hay estudios que han establecido que entre más lejos se encuentre la encuesta del día de la elección, el error promedio crece. Así que hay que considerar la fecha no de publicación de una encuesta, sino la fecha en la que, según su metodología, fue levantada. Esa es la fecha importante y decisiva para la precisión de los resultados que nos ofrezca. Y por último, “¿Qué criterios utilizar para evaluar la precisión de una encuesta?”.

En una columna futura me enfocaré en este punto, en los criterios para evaluar la precisión de una encuesta. Sin embargo, por el momento sirvan estas cuatro preguntas como guías o lineamientos para encausar nuestra atención a la hora de leer encuestas electorales y preguntarnos, ¿qué tan precisas son en realidad?

Las encuestas y la crisis de confianza

Las encuestas y la crisis de confianza 150 150 DEFOE MX

Las encuestas son una parte fundamental de nuestro sistema democrático. Gracias a esos ejercicios de consulta de la opinión pública, tanto las personas en puestos de gobierno, como el público en general conoce las tendencias y los gustos y las posturas de las mayorías. Las encuestas ayudan a dar forma a políticas públicas, a programas sociales; estos recursos cuando se hacen bien permiten conocer cuál es el presente del grupo demográfico encuestado. No hay proceso electoral que no esté pletórico de encuestas que dicen dar una imagen de cómo están las preferencias electorales en un momento dado.

Sin embargo, esta importancia y esta aparente ubicuidad tiene un lado paradójico: las encuestas son cruciales, pero también son motivo de sospecha, e incluso de desconfianza o descrédito. La influencia que las encuestas tienen sobre la opinión pública es al mismo tiempo un arma de doble filo: puede dar una imagen muy certera de ese grupo social al que retrata, pero también gracias a su importancia y a su relevancia en la sociedad, son instrumentos capaces de influir y alterar a la opinión pública a la que consultan.

Ya desde el siglo XIX, Alexis de Tocqueville se preocupaba por la importancia que, en este continente, la joven nación de Estados Unidos le daba a la opinión pública. Tanta era la importancia –podría decirse incluso la obsesión–, que, según Tocqueville, la amenaza era que entonces las mayorías ignoraran sistemáticamente a las minorías.

En su libro Poll-arized, John Geraci analiza el caso de las encuestas en el entorno político estadounidense. Y escribe algo que puede ser aplicable al ecosistema mexicano:

“Debido a las proyecciones dudosas de ciertos encuestadores, las encuestas se han vuelto el foco de la historia. Esto crea un ciclo de desconfianza, que vuelve más difícil realizar encuestas precisas en el futuro”.

Las consecuencias de un futuro así serían terribles para la opinión pública. Las encuestas de baja calidad o realizadas con una agenda partidista o sesgada serían indistinguibles de las encuestas de calidad y el público no tendría la posibilidad de conocer en realidad el panorama que lo rodea.

Más adelante, Geraci escribe una frase que podría servir como lema para quienes nos dedicamos a esto: “Las encuestas deben ser catalizadoras de discusiones, pero no deben ser la historia”.

Esto quiere decir que necesitamos encuestas de calidad, serias y transparentes para fortalecer nuestra discusión pública y, por qué no, incluso nuestro sistema democrático. Pero también nos plantea un reto mayor. Además de la calidad y la transparencia en el ejercicio del diseño de estos ejercicios de conocimiento de opinión pública, también tenemos un desafío: recuperar la confianza del público.

Cómo lograrlo es un desafío digno de analizar. No hay una receta preestablecida, de otro modo ya lo habríamos hecho. Uno de los pasos para lograr que las personas sientan que las encuestas son ejercicios fidedignos y confiables puede ser la transmisión del conocimiento sobre las propias encuestas.

El público informado es una de las posibles soluciones. Porque en la medida en la que conozcan más sobre cómo funcionan las encuestas, con mayor facilidad podrán descubrir las encuestas deficientes.

Encuestas para elección a gobernador en Estados Unidos 2023

Encuestas para elección a gobernador en Estados Unidos 2023 150 150 DEFOE MX

Un ejercicio interesante que nos permite destacar algunos detalles del modo en el que las encuestas abordan los periodos electorales es compararlas con lo que sucede en otros países. En Estados Unidos, por ejemplo, en meses pasados hubo elecciones para gobernador en tres estados. El 14 de octubre hubo elecciones en el estado sureño de Luisiana y el 7 de noviembre en los estados de Mississippi y Kentucky. Me propuse analizar la metodología de las encuestas que cubrieron estos comicios hasta dos meses antes de la jornada de votación. Y después de hacer esa evaluación, decidí comparar lo que en 2023 están haciendo en Estados Unidos con lo que estamos haciendo en nuestro país.

El enfoque del análisis estuvo en las estimaciones para los dos principales candidatos en cada una de las tres contiendas. En particular, puse atención al modo de encuestar, al tamaño y al tipo de la muestra, y también a la ponderación de las respuestas.

Lo primero que destaca al observar de manera general los datos es la variedad de los modos de encuestas que utilizaron las casas encuestadoras que atendieron las elecciones. Las principales son encuestas mixtas que combinan llamadas telefónicas, llamadas automatizadas, mensajes de texto, entre otros métodos.

Al explorar los casos de manera particular por estado obtenemos información interesante. En el caso de las elecciones en Luisiana los dos principales contendientes fueron Jeff Landry del Partido Republicano y el demócrata Shawn Wilson. La elección la ganó Landry con el 51.56 %; Wilson obtuvo el 25.93 %, lo que significó una diferencia de 25.6 puntos entre ellos. Las encuestas analizadas subestimaron los votos para Landry. La más cercana fue la de WWL-TV/NOLA que le daba al republicano un porcentaje de voto del 54 %. Para el caso de Wilson sucedió algo similar: todas subestimaron los votos que recibió en la elección. WWL-TV/NOLA por ejemplo, le otorgó 18 % del voto en una encuesta realizada por teléfono y que ponderó únicamente por raza.

Tabla I. Encuestas para Gobernador de Luisiana

En el estado de Kentucky, los dos competidores fueron Andy Beshear, del Partido Demócrata y Daniel Cameron, de filiación republicana. La elección la ganó el demócrata Beshear con el 52.5 %. Cameron recibió el 47.5 %, marcando una diferencia de cinco puntos. Las encuestas sobreestimaron la ventaja de Beshear, a quien incluso en el caso de la encuestadora Emerson College lo situaba el 3 de octubre 16 puntos arriba de su rival. Sin embargo, un mes después esta misma encuestadora daba la victoria por un punto a Cameron. Concord Public Opinion Partners y Hart Research Associates daban una diferencia entre ambos de ocho puntos porcentuales, aunque Hart Research Associates, patrocinada por Beshear, fue la más cercana al resultado final del demócrata, aunque no acertó la diferencia de votos.

Tabla II. Encuestas para Gobernador de Kentucky

En Mississippi, los dos principales candidatos fueron el republicano Tate Reeves y el demócrata Brandon Presley. Con el 51.5 % de los votos, Reeves venció al demócrata Presley, quien obtuvo el 47.1 %, con una diferencia de 4.4 puntos. En este caso las encuestas también se distanciaron de la diferencia real. Mason-Dixon fue la más cercana al porcentaje de Reeves, aunque subestimó a Presley. SIENA también se aproximó a Reeves pero subestimó aún más a Presley. Ambas encuestas, a pesar de ponderar por factores socioeconómicos, no lograron reducir la estimación de la diferencia de votos.

Tabla III. Encuestas para Gobernador de Mississippi

Las encuestas presentan variaciones en su metodología, lo que refleja resultados diferentes. En Kentucky y Mississippi, las encuestas más cercanas al resultado final de la elección, con modos mixtos y mayor ponderación socioeconómica, tuvieron mejores estimaciones. En Luisiana, las estimaciones se alejaron mucho más de lo sucedido al final de la jornada electoral y se trató de encuestas homogéneas en modos y menor ponderación de variables.

Al comparar este análisis con otros que he presentado de las encuestas que he revisado en México, puedo destacar algunos detalles que me parecen relevantes. Las encuestadoras en México están optando cada vez más por el modo telefónico como la principal fuente para la recolección de datos. Esto puede deberse a dos situaciones particulares, la primera es por el tema de inseguridad que actualmente vive nuestro país como ya se platicó en un artículo anterior, y la segunda tiene que ver con su menor costo en comparación con las encuestas en vivienda. En contraste, al analizar las encuestas de Estados Unidos para este ejercicio, observamos que la mayoría utiliza más de un medio y ninguna se realiza en vivienda. Esta combinación de modos de encuesta quizá se explique como una búsqueda para garantizar representatividad a un costo más bajo que el de las encuestas en vivienda. Uno de los modos que se emplean con frecuencia es el del uso de mensajes de texto. En México, la experiencia no es tan extensa, aunque quizá recordemos que durante la pandemia de covid-19 el Gobierno de México y el Instituto Nacional de Salud Pública decidieron varios miles de usuarios de una compañía telefónica recibieron cada semana una encuesta para conocer sobre comportamientos en su entorno derivados de la emergencia sanitaria.

Por otro lado, en México, la mayoría de las encuestas no comparten información sobre la ponderación que aplican a los resultados, lo que dificulta realizar comparaciones. Sin embargo, en Estados Unidos, la ponderación por raza y nivel educativo es una práctica común en la mayoría de las encuestas. Hay que pensar qué factores deberíamos de considerar como elementos a ponderar en las encuestas mexicanas para mejorar su representatividad. Quizá la raza y el nivel educativo solo son relevantes en el contexto de nuestro país vecino. Quizá hay otros factores que debemos tener presentes en el diseño de encuestas. Y sin duda, una vez más, la importancia de la transparencia de información sobre el modo en el que se construye la encuesta queda de manifiesto para poder hacer comparaciones y análisis completos.

¿Quiénes votaron por Claudia y quiénes por Marcelo?

¿Quiénes votaron por Claudia y quiénes por Marcelo? 150 150 DEFOE MX

Hace unos días, el presidente Andrés Manuel López Obrador opinó sobre la salida de Marcelo Ebrard de Morena y del posible lanzamiento del exsecretario de relaciones exteriores a la presidencia por otra plataforma política. En la mañanera del 7 de septiembre dijo esto:  “A los que se están frotando las manos no se dan cuenta en dónde tiene más jale Marcelo, en la clase media, o sea, en una de esas la candidata de Claudio [Xóchitl Gálvez] se queda en tercer lugar o en cuarto”. Entonces, me pareció interesante analizar qué votantes son los que siguen a Claudia Sheinbaum y cuáles a Marcelo Ebrard.

Para lograr entender cuáles son sus características, recurrí a los datos que arrojó nuestra Primera Encuesta Nacional Preelectoral realizada hace poco más de un mes.

Ahora bien, tomando estos datos, nos podemos enfocar con más confianza a descifrar quiénes son los votantes que acompañan a Claudia Sheinbaum y quiénes son los que están siguiendo a Marcelo Ebrard.

Es muy interesante descubrir que las mujeres siguen más a Sheinbaum y los hombres a Ebrard, en una proporción similar. 57 % de los hombres siguen al exsecretario de relaciones exteriores y 56 % de mujeres están con la exjefa de gobierno de la Ciudad de México.

Si consideramos la distribución de edad, es muy notorio ver cómo hay entre los más jóvenes casi una paridad entre los dos candidatos. Si seguimos avanzando, la gente entre 30 y 47 años tiende a ser más votante de la ahora candidata de Morena a 2024. Ebrard por su parte tiene más arrastre entre votantes de mayor edad.

Si consideramos la escolaridad, casi todos los grupos (quienes estudiaron primaria, secundaria, preparatoria o de universidad en adelante) están bastante parejos. Sin embargo, existe una ligera ventaja a favor de Sheinbaum sobre Ebrard entre votantes con escolaridad menor a preparatoria, mientras que existe una ventaja de Ebrard sobre Sheinbaum entre votantes con grado universitario o superior.

Al evaluar sobre las simpatías partidistas, podemos decir que Sheinbaum es favorecida entre votantes que simpatizan con Morena, mientras que Ebrard es ligeramente respaldado por votantes que no simpatizan con ningún partido (independientes), y por quienes simpatizan con el PAN, el PRI o el PRD. Aquí se aprecia que existe una posibilidad de que haya movimiento de votos hacia otras fuerzas políticas toda vez que Marcelo Ebrard ha dicho que su camino político continuará por la vía de un movimiento propio y distinto a Morena, y ninguno de los otros partidos de oposición.

No podemos descartar que Marcelo le quite votos a Xóchitl Gálvez. Los datos no son totalmente concluyentes al respecto. También cabe la posibilidad de que haya algunos de los votos que Ebrard pueda recolectar sean votos que en otro momento acompañarían a Sheinbaum.

Planeo hacer dos encuestas similares a esta en lo que resta del año, así que seguramente podré ofrecer una visión de la disposición de los votantes frente al cambiante escenario político.

Ponderación: ¿la opinión de unos vale más que la de otros?

Ponderación: ¿la opinión de unos vale más que la de otros? 150 150 DEFOE MX

El miércoles de la semana pasada Claudia Sheinbaum ganó las encuestas para ser la candidata presidencial de Morena y aliados en las elecciones de 2024. Aún así, ese ejercicio de selección sigue dando de qué hablar. El fin de semana la secretaria general de Morena, Citlalli Hernández, habló sobre los resultados y provocó una polémica. En su explicación mencionó que en el ejercicio los votos no valían lo mismo: “si la boleta la llenó un joven de la sierra de Guerrero valdría distinto a una mujer empresaria de las Lomas”. En su explicación utiliza el concepto de ponderación, con el cual da a entender de manera errónea que la opinión de una persona es más relevante que la de otra. Hay toda una teoría y muchos estudios que avalan y explican la ponderación en encuestas, pero aquí daré una explicación sencilla del concepto y de su uso en ejercicios demoscópicos.

Un ponderador es un número que se utiliza para cambiar el peso o relevancia de otra cantidad. En estadística, especialmente en muestreo, la ponderación es una herramienta que se aplica para que los resultados o estimaciones sean más confiables, ya que permite tener una muestra más sólida en aspectos de representatividad, características y de respuesta.

La ponderación sirve para corregir y ajustar los resultados de una encuesta, según diferentes tipos de ponderación requerida. Algunos de ellos son por diseño muestral, por ajuste poblacional, por el fenómeno de la no respuesta, por cobertura, etcétera.

Para explicarlo más claro, consideremos el siguiente ejemplo: si eligiéramos aleatoriamente a 100 personas mexicanas de cada estado de la república y nos dijeran su color favorito, podríamos identificar a nivel nacional qué color es el de mayor preferencia. Pero para ello debemos considerar algunos detalles que surgen en nuestro diseño de muestra.

Hay dos tipos de ponderación que son los más utilizados.

1. Ponderación por diseño muestral
Este ponderador corresponde básicamente a cuántas personas de la población representa cada persona de la muestra; depende del diseño y sus características. En nuestro ejemplo, nuestra muestra está tomada de forma equitativa entre todos los estados (100 personas por estado). La realidad, sin embargo, es que cada estado tiene un tamaño diferente de población, por lo que hay que ajustar el “peso” que tienen las personas de Aguascalientes comparado con el “peso” que tienen las del Estado de México. Cada persona representa un número diferente de personas entre estados por lo que entre la muestra hay que ajustar mediante ponderación estas proporciones de la población.

2. Post-estratificación o ponderación por ajuste poblacional
Hay algunas características de la población que son conocidas, o al menos identificadas y cuantificadas en cierto momento. Por ejemplo: la proporción de hombres y mujeres, la proporción de grupos de edad, el nivel máximo de escolaridad, entre otros. Todos estos los obtienen instituciones como el INE o el INEGI. La post-estratificación se utiliza para “asegurar” o replicar que las características de la muestra sean lo más parecidas a las de la población objetivo.

Si volvemos a nuestro ejemplo, hemos ponderado ya conforme al tamaño de cada estado, pero ahora identificamos por ejemplo que la proporción entre mujeres y hombres es del 54 % y 46 % respectivamente en nuestra muestra. Dado que a nivel nacional sabemos que la distribución de sexo es 51 % y 49 % para mujeres y hombres respectivamente, entonces requerimos otra intervención de ponderación. Además, deberíamos considerar también esta distribución vista desde cada estado y con ello tenemos un mejor ponderador. Otras variables comúnmente utilizadas son grupos de edad, nivel de escolaridad, nivel socioeconómico, acceso a internet, por ejemplo, entre otros.

Entendido así, queda claro entonces que, en un caso como el de nuestro ejemplo, no es que la opinión de una mujer en Aguascalientes valga menos que la de un hombre del Estado de México. Más bien se trata de que dadas las características de la muestra necesitamos ajustar los pesos que cada una de estas personas tienen respecto a la población estudiada.

La ponderación en una muestra siempre es considerada de diversas maneras como hemos mencionado. En algunos casos es utilizada debido a ciertas complicaciones durante el levantamiento de la encuesta y en otras solo por el diseño propio de la muestra que se utiliza, pero su propósito siempre es (o debería ser) la mejora de los resultados obtenidos.

Como he insistido en muchos casos anteriores, la transparencia metodológica es una necesidad clara en este tipo de ejercicios. Muchos de los malentendidos, de las cuestiones de incertidumbre y de las dudas que genera el uso de términos o las explicaciones posteriores se eliminan gracias a la transparencia. Si se hubiese explicado claramente cuáles eran los ponderadores que se emplearían así como el modo en el que se aplicarían, esta polémica se habría podido evitar.

¿Qué partido ha aportado más votos a la alianza opositora en las últimas elecciones?

¿Qué partido ha aportado más votos a la alianza opositora en las últimas elecciones? 150 150 DEFOE MX

De camino a las elecciones del 2024, todos tienen claro quién es el partido político más poderoso. Después de las elecciones más recientes, MORENA es el partido que más gubernaturas tiene, el partido de mayoría en el congreso y el partido del presidente. Los partidos de oposición han estado ocupados para lograr consolidar sus alianzas y así competir en los comicios por venir. No solo en las elecciones presidenciales, sino también en las gubernaturas y los espacios legislativos que estarán por renovarse. Para entender cuál es la composición de la alianza opositora quise analizar cómo se han distribuido los votos en las elecciones en las que han ido juntos. ¿De los partidos en la alianza, cuál es el que más aporta y cuál es el que menos?

En la jornada electoral del año pasado, seis estados renovaron sus gubernaturas: Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas. En esas elecciones la alianza opositora logró ganar en dos estados, en Aguascalientes y en Durango.

El partido que más aportó en ambos estados fue el PRI, que recibió el 66 % de los votos en el Estado de México y 75 % en Coahuila. El PAN consiguió 27 % y 23 % respectivamente. El PRD consiguió 7 % en el Estado de México, y apenas un mínimo 2 % en Coahuila. Este cambio en la proporción de votos tiene una explicación sencilla: tanto el Estado de México como Coahuila han sido dos estados en donde el PRI ha creado bases de apoyo a lo largo de décadas. Coahuila confirmó este apoyo; la gran sorpresa fue la caída del bastión del Estado de México.

Los datos recuerdan la importancia de las fuerzas estatales en la construcción de las coaliciones. La alianza opositora tendrá que consolidar sus liderazgos locales para potenciar su capacidad de ganar en el 2024. Esto implica que la unidad entre partidos disímiles como el PAN y el PRI se mantenga también a un nivel más granular, en regiones en las que uno u otro partido han sido dominantes durante mucho tiempo por encima de sus ahora aliados.

Entre los dos partidos, el PRI creó durante el tiempo que fue gobierno estructuras de apoyo territorial y redes de militantes y simpatizantes sólidas en los estados que gobernó. Muchas de estas no han logrado en los últimos comicios darle a los partidos la ventaja suficiente para conseguir triunfos. Una de las razones que lo explique puede ser que las estructuras locales responden a liderazgos locales que en ocasiones tienen objetivos divergentes con los de los comités ejecutivos nacionales de los partidos. Este desafío –el de lograr que las fuerzas estatales sean capaces de convocar a los votantes que en elecciones pasadas no han acompañado a la alianza Va por México– es uno de los más importantes para el 2024.

El arranque: encuestas preelectorales Defoe, 2023-2024

El arranque: encuestas preelectorales Defoe, 2023-2024 150 150 DEFOE MX

¡Hola! Soy Yamil Nares, Director de Defoe, la empresa encuestadora que a lo largo de 15 años se ha dedicado a conocer, de primera mano, la opinión de decenas de miles de mexicanos y que, además, se ha caracterizado no solo por lo acertado de sus resultados, sino por la transparencia en la divulgación de sus cuestionarios y bases de datos, siempre con la finalidad de que cualquier persona interesada, desde cualquier lugar del mundo, pueda acceder a la información y generemos una comunidad más informada y que se tomen las decisiones más acertadas.

En esta ocasión, en Defoe hemos decidido llevar a cabo una serie de, al menos, tres encuestas en vivienda que midan, entre julio y diciembre de 2023, no solo la intención de voto durante los procesos internos de los partidos políticos y los candidatos que buscan la presidencia en México, sino incluir las preguntas que generen variables para un análisis político electoral integral y, sobre todo, transparente de la opinión pública.

Es muy importante enfatizar que esta primera serie de tres encuestas será financiada con nuestros propios recursos, lo que garantiza que los criterios metodológicos, el análisis y la estrategia de difusión de los resultados sea siempre objetiva e independiente. Las bases de datos y los cuestionarios serán publicados en su totalidad, y estarán disponibles para quien quiera consultarlos, revisarlos y utilizarlos para sus propios análisis.

En la primera etapa de investigación, que incluye las tres encuestas en vivienda de julio a diciembre de 2023, las tres encuestas preelectorales se centrarán en conocer a las y los potenciales precandidatos a la presidencia de la república, así como los temas de precampañas, de contexto y los que se discutan cotidianamente en la opinión pública. En la segunda etapa, de enero a mayo de 2024, se llevarán a cabo encuestas en vivienda que den seguimiento al proceso electoral, enfocándose ya en las y los candidatos a la presidencia de México, así como los temas de campaña. Por último, en la tercera etapa llevaremos a cabo una encuesta de salida el día de la elección el 2 de junio de 2024, lo que ayudará a identificar las principales características de las y los electores durante la jornada electoral. Todas y cada una de las encuestas que se lleven a cabo en este proyecto tendrán la garantía que respalda los estudios de Defoe, mismos que siempre han sido validados por la transparencia total en su divulgación y acceso gratuito para quien quiera consultarlas.

En Defoe estamos interesados, desde su fundación, en retomar la agenda sobre el comportamiento electoral en México, misma que ha permanecido rezagada en los últimos años, precisamente, debido a la falta de bases de datos completas y públicas de las encuestas electorales.

Las encuestas de Defoe buscan revivir los debates en torno al comportamiento electoral en México y poner el ejemplo sobre qué entendemos por transparencia y compromiso con la labor científica en el levantamiento y publicación de encuestas electorales.

Los modos de recolección de encuestas más certeros en la elección del Estado de México

Los modos de recolección de encuestas más certeros en la elección del Estado de México 150 150 DEFOE MX

La elección en el Estado de México terminó con un resultado poco sorprendente: Delfina Gómez derrotó a Alejandra del Moral. El resultado era el esperado porque la observación de encuestas a lo largo de las semanas de campaña así lo sugirieron. Y después de conocer el resultado, me pareció interesante hacer un análisis detallado sobre los votos y los votantes y se los presenté aquí. El otro punto de interés que esta elección nos permite analizar es a las encuestas mismas. El tema de las encuestas, sin embargo, es muy amplio. Estos instrumentos de monitoreo de la opinión pública pueden diferir en el modo de aplicación, la manera en la que se procesan los datos, los ponderadores, los factores de expansión, los errores muestrales, y muchos otros detalles. El análisis en esta ocasión se enfoca en los modos de aplicación.

En un principio, la manera más común en México de aplicar encuestas era en vivienda. Esto requiere esfuerzos logísticos importantes. Con el paso del tiempo y la adopción de nuevas tecnologías, la aplicación incluyó también las encuestas telefónicas y las encuestas robot. Estas últimas son las que se realizan por vía telefónica pero con una serie de preguntas programadas. El modo que ha adquirido importancia es la encuesta realizada por medio de redes sociales. Antes eran poco utilizadas porque, como se sabe, la efectividad de las encuestas también depende de qué tan bien se logra representar a la población en el muestreo. En ese sentido, anteriormente cuando las personas en su mayoría no participaban de las redes sociales, la representación no era óptima en estos entornos. Con el paso del tiempo, esto ha ido cambiando.

Aunque las encuestas están diseñadas para garantizar la confiabilidad, las diferencias en los modos de encuesta pueden tener algún impacto en la estimación de los resultados. Según cuenta el Pew Research Center en este video, las encuestas persona a persona pueden inhibir a las personas al responder temas complejos o sensibles –el nivel de ingresos o si padecen alguna adicción, por ejemplo. Por otra parte, cuando hay una serie de respuestas posibles, el orden en el que se presentan puede influir en las personas tanto en las encuestas telefónicas como en las encuestas en línea. Los modos en los que se recolectan los datos de las encuestas pueden tener un impacto en la estimación de resultados, por eso es importante conocerlas a detalle para poder considerar desde un principio ese efecto potencial.

Para hacer este análisis, me enfoqué en 87 encuestas realizadas durante el periodo previo a las elecciones en el Estado de México, entre junio de 2022 hasta mayo de 2023. Estas encuestas son de cinco tipos: en vivienda, telefónica, por redes sociales, entrevistas con robot y entrevistas de aplicación mixta.

encuestas certeras en la elecciones edomex 2023

La intención de voto para Delfina Gómez nunca bajó más allá del 40 % en las encuesta. Entre los distintos modos de encuestas, sin embargo, hubo variaciones. Por ejemplo, las encuestas de robot siempre estimaron un porcentaje de votos por arriba del 50 % y mostraron un alza desde enero hasta llegar a su máximo en marzo y dar un pronóstico final del 59 % de los votos para la candidata morenista. Las encuestas robot, entonces, fueron las que estimaron el porcentaje más alto en una de sus encuestas, con más del 60 % de votos a favor de la candidata de Morena-PT-PVEM en julio de 2022.

Otro de los modos de recolección que estimaron altos porcentajes fueron las encuestas mixtas. Además, fueron las más volátiles, pues variaban mes tras mes entre el 55 % y el 60 %. Cabe aclarar que para este modo solo analicé nueve encuestas provenientes principalmente de la encuestadora FactoMetrica: esta puede ser la principal razón que explique la volatilidad en las estimaciones mensuales.

Las encuestas en vivienda fueron las que estimaron mayor porcentaje de votos para Delfina Gómez. Aunque de diciembre a febrero estuvieron por debajo de las encuestas mixtas, las encuestas en vivienda fueron las que en su última estimación pronosticaron en promedio que Delfina ganaría con 61 % de los votos. Las encuestas en redes sociales mostraron una tendencia alcista en la campaña de Delfina. Estas encuestas mostraron una caída del 59 % al 53 % entre enero y febrero, pero comenzaron a subir hasta ofrecer una última estimación del 57 % en abril. Por último, las encuestas telefónicas fueron el modo de recolección de encuestas que estimó menor porcentaje de votos para Delfina y el que más se acercó a los resultados de las elecciones. Las encuestas telefónicas siempre se mantuvieron por debajo de los demás modos de encuesta, fueron de las primeras y de las últimas encuestas en realizarse, además, fueron las que más se acercaron al resultado del día de la elección con una estimación de 53.3 % en mayo, un mes antes de las votaciones. Queda claro entonces que para el caso de Delfina Gómez, las encuestas en vivienda fueron las que estimaron mayor porcentaje de votos para su plataforma y las encuestas telefónicas las que menos a la alza y consecuentemente, las más cercanas a los resultados finales.

Cabe recalcar que, de las encuestas recolectadas para este análisis (Tabla I), tanto la aplicación telefónica como la de robot predominan en el número de encuestas con 26 encuestas en cada modo de aplicación. Esto hace que, al obtener el promedio, los valores se ajusten mejor y no se vean afectados por valores extremos.

encuestas certeras elecciones edomex 2023

Ahora bien, para el caso de Alejandra del Moral, la tendencia en las encuestas fue una de crecimiento a lo largo del tiempo. El único modo de encuesta que no mostró una tendencia al alza fueron las mixtas, que al igual que con Delfina se caracterizaron por su alta volatilidad. En el caso de la candidata del PRI-PAN-PRD, la fluctuación fue entre el 34 % y el 42 %.

Las encuestas en vivienda fueron las que pronosticaron el menor porcentaje de votos con el 38.5 % y las que más se alejaron del resultado final. Por otro lado, las encuestas en robot mostraron una tendencia alcista a partir de diciembre y dieron un pronóstico final del 40.5 % de votos para Alejandra del Moral. Fueron las encuestas en redes sociales las que más amplitud de crecimiento le dieron a la candidata: entre los meses de enero y abril, creció 10%, pasando de 32 % al 42 %.

Una vez más las encuestas telefónicas fueron las que más se acercaron a los resultados electorales. En promedio, se mantuvieron por encima de los porcentajes que daban los demás métodos, con un ligero y sostenido crecimiento a lo largo de los meses. Este modo de encuesta pronosticó en promedio que Alejandra del Moral obtendría 46.7% de los votos. Tanto para Delfina Gómez como para Alejandra del Moral las encuestas en vivienda fueron las que se alejaron más del resultado: a la baja para Alejandra y a la alza para Delfina. Por otro lado, las encuestas telefónicas fueron las más precisas en ambos casos.

encuestas certeras elecciones edomex 2023

En cuanto a la estimación de la diferencia de votos, el comportamiento por modo de encuesta es más claro. Las encuestas de robot y mixtas fueron muy volátiles, las de vivienda también lo fueron, aunque en menor medida. Las encuestas en redes sociales mostraron una clara caída en la diferencia de votos entre las candidatas y finalmente las telefónicas siempre se mantuvieron con diferencias conservadoras con respecto a los demás modos de encuestas. Sin embargo, fueron las encuestas telefónicas las que más se acercaron al resultado final de la elección del 4 de julio con una estimación promedio final del 6.7 % de diferencia de votos entre las candidatas.

Otro de los temas que me parece imprescindible discutir y analizar al momento de hablar de encuestas y su desempeño es el de la transparencia. Transparencia en términos de la disponibilidad de la información sobre la manera en la que se realizó la encuesta. No es solo una cuestión de disposición de las casas encuestadoras. De manera institucional el INE solicita que las encuestadoras compartan información sobre sus encuestas en nueve grandes rubros: el objetivo, el diseño muestral, el cuestionario, las estimaciones e intervalos de confianza, el software para procesamiento, la base de datos, los resultados, la autoría y financiamiento, los recursos aplicados y los antecedentes profesionales y/o académicos.

El rubro del que menos se comparte información es el de los antecedentes profesionales principalmente entre las encuestas telefónicas y en vivienda. El segundo rubro que menos se comparte al INE es el de diseño muestral como se ve en la Tabla II al final del texto. Los modos de aplicación de las encuestas que no compartieron esos datos son el mixto, las encuestas en redes sociales, robot y vivienda.

Por último, hay un cruce de información que salta a la vista y que resulta muy interesante. Concluimos que el modo de encuesta más atinado fueron las encuestas telefónicas. Sin embargo, descubrimos al revisar la transparencia de sus datos que algunas encuestas telefónicas no compartieron su información sobre antecedentes profesionales ni recursos aplicados. Por otra parte, las encuestas mixtas fueron encuestas que resultaron volátiles, y también fueron las encuestas que más instancias de datos no compartidos tuvieron al hacer la revisión de su entrega de datos. Cuando las encuestas tienen esa volatilidad o amplitud mes con mes y al mismo tiempo no comparten información importante sobre el diseño muestral o la población objetivo, es preocupante para la confianza. Es importante subrayar que los datos atinados que no vienen acompañados de la información sobre la manera de llegar a ellos terminan minando su propia confiabilidad.

En un entorno de tanta polarización y en el que es tan sencillo distribuir noticias falsas, la transparencia es un requisito y un valor fundamental entre encuestadoras. Su prestigio no está solo en la cercanía al resultado final de la elección, sino también en la disposición para transparentar sus métodos y su información. Solo así se logrará ir despejando cualquier suspicacia y se reforzará la importancia de las encuestas como instrumentos de conocimiento de la opinión pública.

Tabla I. Encuestas utilizadas en el análisis

encuestas certeras elecciones edomex 2023

Tabla II. Transparencia INE

encuestas certeras elecciones edomex 2023

Una mirada detallada a las elecciones del Estado de México.

Una mirada detallada a las elecciones del Estado de México. 150 150 DEFOE MX

Gracias a la gran cantidad de información que arrojó la encuesta de salida realizada por Defoe durante la jornada electoral del 4 de junio, pude realizar un repaso minucioso de las preocupaciones y las expectativas de los electores en ese laboratorio político que es el Estado de México.

El resultado de la elección para la gubernatura del Estado de México fue contundente: Delfina Gómez de la alianza Morena-PT-PVEM se llevó el triunfo con el 52.66% de los votos. Por su parte, Alejandra del Moral, de la alianza PRI-PAN-PRD-PANAL consiguió el 44.34%. Este resultado, sin embargo, tiene un enorme potencial de detalles y datos que descubrir y desentrañar.

Es por eso que me interesó conocer a detalle qué hay detrás de los resultados de esta elección. ¿Quiénes fueron las personas que votaron? ¿Qué motivó su voto en favor de una u otra candidata? ¿Qué expectativas tienen hacia el futuro? Todo eso consultamos en este repaso de la elección para gobernadora del Estado de México. Las encuestas de salida fueron realizadas en una muestra de 50 secciones electorales a 1,239 personas el domingo 4 de junio y con un margen de error de +/- 2.8%. Debido al compromiso con la transparencia metodologica que tenemos en Defoe, las bases de datos con las preguntas realizadas, el cuestionario, la muestra y demás información está disponible para consulta en el sitio web de DEFOE.

Primero que nada, me interesó conocer cuál fue la estructura demográfica de las personas que salieron a votar. Hay que recordar que la participación en estas elecciones fue del 50.13% del padrón electoral, es decir poco más de seis millones de votos.

Lo que resalta es que los votantes de Delfina Gómez fueron principalmente hombres con un 61% y de más de 55 años de edad, con 68%. Por otro lado, uno de los datos significativos es que con el 52%, las personas con hasta 3,500 pesos de ingresos fueron votantes de Alejandra del Moral.

El siguiente tema fue preguntar por los factores que influyeron en la decisión del voto de los electores. De toda la variedad de posibilidades, es interesante considerar que el porcentaje mayor de respuestas para las personas que votaron por Delfina Gómez, con 80% fue cuando se definieron las coaliciones. En ese momento decidieron su voto. Por su parte, para las personas que votaron por Alejandra del Moral en general decidieron su voto en la urna.

Otro factor de influencia importante es la figura del presidente Andrés Manuel López Obrador. En ese sentido, para las personas que votaron por la candidata de Morena-PT-PVEM, el desempeño del presidente fue otro de los factores decisivos, con 70%. Por su parte, el desempeño del gobernador saliente, Alfredo del Mazo no fue un factor que influyera con los votantes de Alejandra del Moral, ambos militantes del Partido Revolucionario Institucional.

Después, me interesó profundizar en las figuras tanto de AMLO como del gobernador, y consultar sobre el impacto de los programas sociales en la decisión de los electores.

Los votantes de Delfina Gómez refrendaron que la aprobación del presidente fue un factor decisivo de impacto en ellos. Y, así mismo, en paralelo, los votantes de Alejandra del Moral refirieron que fue la desaprobación del Presidente uno de los factores de impacto para su decisión. Esto se manifiesta de manera inversa en el caso del gobernador: para los electores de Morena-PT-PVEM, la desaprobación al gobernador fue un factor de importancia. Aunque la aprobación al gobernador influyó en los votantes de la alianza PRI-PAN-PRD-PANAL (64%), no fue tan marcado como la aprobación del presidente para sus rivales (76%).

Los programas sociales también resultaron ser un factor de influencia. El dato más impactante fueron dos programas: por un lado el Salario Rosa, un programa del Estado de México, influyó en el 73% de las personas que votaron por Alejandra del Moral. Sin embargo, el programa de Pensión para el bienestar, el programa federal de apoyo a adultos mayores influyó en un impactante 93% entre las personas que votaron por Delfina Gómez.

El siguiente punto importante fue considerar los proyectos de gobierno: cómo influía el plan de gobierno que presentaban ambas candidatas. La consulta a los electores fue si el proyecto tendría que ser uno propio o uno que siguiera las ideas de gobierno que ha planteado el presidente López Obrador como parámetro.

Aquí es perceptible una vez más la importancia del presidente para los votantes del Estado de México: el 89% de los votantes de Delfina Gómez dijeron que el proyecto de gobierno para el Estado de México debe seguir el proyecto de Andrés Manuel López Obrador. Y cuando preguntamos de manera específica por temas como salud, seguridad o educación, la respuesta resultó casi uniforme: los electores de Delfina Gómez quieren que el gobierno en el Estado de México no se despegue del proyecto del presidente.

Ahora, la siguiente interrogante fue consultar a los electores sobre su concepto de la 4T. ¿Qué es para ellos? ¿Cómo la definen? Aquí, la escala de afecto y disgusto es quizá la esperada pero nos ofrece revelaciones interesantes.

Las personas que votaron por Alejandra del Moral casi de manera unánime asocian a la 4T con “mentiras”. Los electores de Delfina Gómez, por su parte, asocian a la 4T no solo con el presidente sino en su mayoría con dos ideas: “con mejoras en el país”, y con “cambio en el país”.

El siguiente tema que me pareció crucial fue el panorama futuro. Consultamos a las personas que salían de votar para conocer cuál es su opinión sobre las alianzas entre partidos para el 2024.

Para las personas que votaron por Alejandra del Moral, resalta que en su mayoría quieren que la alianza que compitió en las elecciones en el Estado de México fue buena y la consideran viable para las elecciones presidenciales del 2024. Una alianza con el gran ausente de la contienda en el Edomex, Movimiento Ciudadano, es también vista con buenos ojos. De todos los escenarios, uno en el que el PRI no forme parte de la alianza es el que menos apoyo tuvo de pare de este grupo de votantes.

Sobre el método de selección de los candidatos, los votantes en el Estado de México que se decidieron por Delfina Gómez, prefieren que sea AMLO el que decida al candidato o la candidata, con 62%.

Por su parte, las personas que votaron por Alejandra del Moral están más interesadas en que se use el método de encuestas de intención de voto para conocer así al candidato de la alianza Va X México.

Entrados en el tema de las elecciones del 2024, ante la consulta por los dos personajes más visibles en la carrera presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, los votantes en el Estado de México que votaron por Delfina Gómez prefieren por más de 10% a Claudia Sheinbaum sobre a Marcelo Ebrard. En el caso de los votantes de Alejandra del Moral, Ebrard tiene esa ventaja de poco más de 10% sobre Sheinbaum.

Por último, me pareció importante considerar qué es lo que preocupa a los electores en el Estado de México de cara al 2024 en términos de campaña. ¿Cómo deben ser estas?

Los votantes de la alianza Morena-PT-PVEM prefieren que no se hable del presidente, con 60%. Por su parte, los votantes de la alianza PRI-PAN-PRD-PANAL les preocupa mucho que quede alguien de Morena en la silla presidencial, con 59%. Y ellos están más interesados en hacer campaña criticando al presidente, con 51%. El otro dato interesante es que para los votantes de Delfina Gómez la preocupación mayor es que quede como presidente alguien del PRI con 66%.

La frase que se asocia con el Estado de México en términos electorales es que se trata de un laboratorio, de un observatorio privilegiado para entender al electorado nacional. No obstante lo fidedigno que pueda resultar como representante de un país tan diverso como México, es indudable que sus 17 millones de habitantes permiten obtener información útil para conocer las tendencias y las disposiciones del electorado en el país. La información que obtuvimos nos revela el papel crucial que juega la figura del presidente López Obrador en el imaginario de los electores y también en las asociaciones favorables con los candidatos. Otro de los factores importantes han sido los programas sociales como factor de galvanización y cohesión de los simpatizantes. Estas observaciones nos permiten además entender cuáles serán algunos de los temas en los que las personas que saldrán a votar estarán poniendo atención para decidir su voto en las elecciones de 2024.

¿Y qué pasa cuándo las personas encuestadas no responden?

¿Y qué pasa cuándo las personas encuestadas no responden? 150 150 DEFOE MX

En la entrega anterior les platiqué sobre las recomendaciones de las asociaciones internacionales acerca de la información que incluir en la publicación de los resultados de encuestas. Ahora quiero profundizar en un detalle sobre el que generalmente no hay tanta transparencia por parte de los encuestadores: la no respuesta. Por no respuesta me refiero a aquellas ocasiones en la que los participantes de una encuesta responden “no sé”, “no estoy seguro”, “prefiero no responder”.

Responder que uno no sabe o que prefiere no hacerlo no siempre está presente como opción en las encuestas. En su manual de mejores prácticas, la American Association for Public Opinion Research (AAPOR) menciona que con el fin de garantizar la seguridad, confidencialidad y comodidad de las personas entrevistadas recomienda que exista la opción de saltarse la pregunta o de contestar explícitamente “no sé” o “no quiero responder”. Además de lograr que la gente se sienta en confianza, cómoda y segura respondiendo, también busca reducir el riesgo de que la encuesta se quede trunca porque los entrevistados deciden abandonarla.

Esta práctica que en principio es útil y sensible tiene un reverso que puede resultar complicado. Incluir la opción de no respuesta puede generar múltiples problemas al momento de la interpretación de estos resultados. En el caso de las encuestas electorales, los porcentajes elevados de no respuesta pueden llevar a que haya una menor precisión en la capacidad predictiva que tienen estos instrumentos.  Dado que el “no sé/no responde” resulta opaco en sus razones, es difícil descifrar cuál sería la razón específica para cada no respuesta.

Se tiene conocimiento de que las personas pueden elegir no responder por una diversidad de razones. Entre ellas están:

Genuina carencia de información o conocimientos: Incluir la opción de “no sé” es necesaria para las preguntas cerradas y que incluyen temas coyunturales. En el caso de la intención de voto, por ejemplo, la persona entrevistada puede no estar enterada de los candidatos en competencia o simplemente no contar con una preferencia fuertemente establecida.

Sesgo de género: Algunas investigaciones ya han prestado atención a esta supuesta brecha entre el conocimiento político entre hombres y mujeres tomando como base las encuestas. Lo que se ha encontrado es más bien un sesgo asociado al género. Allison Kopicki, en una columna publicada en The New York Times menciona que “Las mujeres mantienen un umbral más alto de certeza antes de dar una opinión”.

Atajos cognitivos: Jon Krosnick, profesor de la Universidad de Stanford ha estudiado el fenómeno que implica que las personas al dar una respuesta toman atajos cognitivos y eligen aquella respuesta que implique menor esfuerzo mental. La prisa, el contexto en el que las personas responden la encuesta –mientras tiene alguna otra actividad por realizar– y el deseo de terminar la entrevista lo antes posible son algunas de las razones por las que las personas eligen el camino de menor complejidad cognitiva. También es posible que ante la presencia de muchas opciones se sientan abrumadas y se decidan por la opción sencilla de no responder.

Tipo de encuesta. La modalidad en la que se realiza la encuesta también puede influir en que en los resultados haya mayor o menor cantidad de no respuestas. En el análisis que he hecho de algunas de las encuestas que hemos realizado, por ejemplo en las del Estado de México y en las que han sido a nivel nacional, encuentro que hay mayor porcentaje de “no sabe” en las encuestas realizadas en vivienda que en otro tipo de encuestas.

Sea cual sea la razón por la que las personas decidan elegir responder que no saben, en la práctica, las encuestadoras suelen no prestar importancia a estas respuestas al momento de hacer el análisis de las respuestas. En el ya mencionado manual de buenas prácticas, la AAPOR apunta que respuestas como “ninguna de las anteriores”, “no sé” o “prefiero no responder” deben contar con un valor diferente cundo se realice el análisis más no añade más recomendaciones.

El tratamiento que las casas encuestadoras le dan a estos datos, así como las razones e interpretaciones de estas respuestas, suelen ser diferentes. Una de las diferencias en el tratamiento se presenta en el proceso de ponderación. El objetivo de la ponderación de los datos es hacer que la muestra sea representativa de la población en general. Para realizarlo se toman como base los datos completos de la población objetivo para hacer los ajustes necesarios a los resultados de la muestra. Existen dos tipos, la ponderación anterior y la ponderación posterior.

En la ponderación anterior, se pondera para hacer representativa la muestra y posteriormente se remueven los datos de quienes no expresaron una preferencia explicita. En el caso de las ponderaciones posterioresse remueve al grupo de personas que no expresaron una preferencia y posteriormente se ponderan los datos con el fin de lograr representatividad.

Hablando de encuestas sobre preferencia de votos, la ponderación anterior asume que este grupo de personas no va a votar mientras que la ponderación posterior asume que esas personas votaran en la misma proporción o manera que quienes si mostraron su opinión.

En línea con lo anterior, algunos deciden reportar los resultados incluyendo estos porcentajes, otros no. La empresa europea IPSOS describe el proceso que sigue para mostrar los resultados de sus encuestas: después de ponderar las respuestas con base en los demográficos, obtienen las cifras que muestran en los titulares, descartando a las personas que responden con un “no sé”.

Ellos argumentan que, tras sesenta años de experiencia, saben que ese grupo de personas no asiste a las urnas de día de la votación. Sin embargo, también comparte – y también impulsa a que sus clientes compartan– al final de sus reportes, una tabla con los datos completos en la que refleja los cálculos realizados con los datos.

Los datos recabados que no muestran una preferencia explicita suelen ser tratados sin importancia. Sin embargo, estos pueden significar algo más que solo datos perdidos.

En Reino Unido, a pocos días de la elección de 2019, aún existía un alto porcentaje de no respuesta en elecciones muy cerradas. Algunas personas mayores reportaban que habían votado toda su vida pero que ahora ya no tenían fe en el gobierno. Algo parecido se especula que sucedió tras la victoria de Donald Trump.

Las razones que llevan a las personas a no responder pueden ser muy variadas: quizá las personas encuestadas genuinamente no saben sobre el tema en cuestión, o no se sienten representados por los políticos, o quizá cuentan con mayores umbrales de certeza. Sea cual sea la razón y la interpretación, las casas encuestadoras tienen la oportunidad de seguir estándares generales para el tratamiento de estos datos. Por medio de estos estándares se logrará entender mejor qué es lo que sucede ahí y no considerarlos como simples “datos perdidos” que no requieren ser evaluados. Es en estas zonas de incertidumbre donde se pueden hallar interpretaciones y entendimiento sobre una población que cada vez está más expuesta a ejercicios que les preguntan por sus opiniones.

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